Proverbios 18:21 “La muerte y la vida están en poder de la LENGUA, y el que la ama comerá de sus frutos”.

Claramente nos dice que en nuestras palabras tenemos el poder de dar la vida o la muerte, podemos Bendecir o Maldecir
La BENDICIÓN es una oración a favor, es una acción benéfica, con sentimientos buenos y se declaran palabras buenas.
Mientras la MALDICIÓN es una oración negativa en contra de algo o alguien, una obra maléfica.
Cuando alguien expresa rencor, ira, venganza, celos, burlas, desprecio… y maldice a alguien, quiere que sea perjudicada o simplemente que no le vaya bien.
SERA QUE ¿PODRIAMOS TENER ASESINOS EN LA IGLESIA DE JESUCRISTO?
1 Juan 3:15 “Todo aquel que aborrece a su hermano es HOMICIDA; y sabéis que ningún HOMICIDA tiene vida eterna permanente en él”.
Que conste que no son palabras mías, la escritura es bien clara y creo yo que esto es un llamado para cada uno de los pertenecemos al cuerpo de Cristo. ¡Cuidado con nuestro hablar!
Aborrecer a su hermano, (y no solamente hablamos en sentido consanguíneo, también espiritual y siendo todavía más estrictos, se refiere a todos), es igual a un homicida (y ¿qué es un homicida? En pocas palabras y aunque suena más drástico es un asesino).
El aborrecer es lo mismo que odiar, despreciar, rechazar, desear que no exista tal vez, alguien a quien queremos ignorar y anular si es posible.
Cuando aborrecemos a alguien definitivamente no queremos saber nada de ella, y tratamos de evitar a toda costa cualquier tipo de contacto.
Este es un sentimiento que no viene de Dios y la exhortación esta en Marcos 12:30-31 “Y AMARÁS al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: AMARÁS a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos”.
Dos veces nos dice esta porción de la escritura AMARAS, cuando esta ese amor en nosotros no damos lugar a sentimientos negativos que primeramente nos perjudicaran a nosotros ya que nos impedirá tener una buena relación con Dios.
Y un mandato innegable lo tenemos en 1 Juan 4:11 “Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también amarnos unos a otros”.
LA PALABRA TIENE PODER ESPIRITUAL
Juan 6:63 “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”.
LA PALABRA DECLARADA es un PODER ESPIRITUAL que puede dar VIDA o MUERTE,
Proverbios 15:4 “La lengua apacible es árbol de vida; más la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu”.
Y más adelante leemos:
Proverbios 18:21 “La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”.
Ahora bien, nos damos cuenta del cuidado que debemos de tener al con nuestras palabras
Mateo 12:36-37 “Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”.
LA AUTORIDAD DE LA LENGUA
2 Samuel 23:2 “El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, y su palabra ha estado en mi lengua”.
Cuando declaramos ciertas palabras dichas con FE, con fuerte motivación y convicción, las cosas suceden, a veces para bien y a veces para mal.
¿Por qué? Porque hay poder de mando en las palabras, hay autoridad espiritual.
La bendición es la manifestación de una buena espiritualidad, de un corazón correcto y amoroso inspirado y respaldado por el Espíritu de Dios.
Salmos 34:1 “Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca”.
La maldición es la manifestación de que algo está mal en mi de acorde a lo que se pronuncia y declara. Jeremías 23:31-32 “Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: El ha dicho. He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová”.
Dios usa la boca del hombre para expresarse, para comunicarse, pero también el hombre usa su propia boca para hacer declaraciones materialistas o espirituales.
Observamos estos tres casos: – Cuando un hijo de Dios (esto es para un cristiano en comunión y santidad) habla En el nombre de Jesús, el resultado de su declaración será por la obra y el poder del Espíritu Santo, su declaración actuará en Bendición
Sin embargo cuando alguien que diciéndose cristiano habla inspirado por la maldad de su corazón, o cuando declara palabras proféticas que Dios no mandó, se activan otra clase de espíritus y no precisamente de Dios.
USAR BIEN LA PALABRA
2 Timoteo 2:15 “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”.
La PALABRA es un poder y una autoridad espiritual que Dios ha dado al hombre.
Es RESPONSABILIDAD del hombre aprender a usarla correctamente para beneficio no solamente propio, para beneficio de su prójimo, para beneficio del Cuerpo de Cristo.
La PALABRA es un arma espiritual para ataque contra el más grande enemigo del hombre “Satanás” y una defensa poderosísima.
Todos, absolutamente todos tienen el don de la PALABRA, unos más y otros menos pero ciertamente todos lo tienen.
Proverbios 21:23 “El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias”.
Pensar que nuestras palabras muchas veces nos han metido en problemas, cuando nuestra imprudencia entra en acción podemos causar tanto daño.
La lengua del cristiano debe ser limpia, justa, sincera, verdadera, santa: Usemos nuestras bocas y las palabras para declarar Salvación para las almas, Amor en este mundo tan violento y perverso en el que hoy vivimos.
Declaremos Santidad y Bendición.
Declaremos Victoria sobre el pecado y sobre todos nuestros enemigos, en el Nombre de Jesús
En proverbios nos dice que plata refinada es la lengua.
Y terminamos con esto
1 Pedro 3:10 “Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño”.
1 Pedro 4:11 “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.
Sermón Dominical